A petición del público, la puesta en escena “Imperio”, basada en la novela homónima de Héctor Zagal, se montará por cuarta ocasión en el Castillo de Chapultepec, con funciones del 9 de abril al 26 de junio.
“Esto reafirma que el proyecto funciona, que es del agrado del público y que al Castillo le parece bien el contexto en el que se abordan los últimos tres días de vida de Maximiliano de Habsburgo, porque estamos respetando todos los datos históricos”, explicó el director del montaje, Rodrigo González, en entrevista con Notimex.
Abundó que para esta cuarta temporada del montaje se cuidaron algunos detalles para que el público pueda verla con mejor respectiva y el vestuario esté muy bien cuidado, tras la integración de Aldo Lazcano como productor ejecutivo de la pieza.
Rodrigo González destacó el crecimiento actoral de Ricardo Kleinbaum, quien encarna al personaje de Maximiliano, quien dijo “ha ido evolucionando como cualquier pieza que va madurando con el paso del tiempo, porque los textos van cayendo con mayor contundencia”.
En el monólogo, Kleinbaum interpreta al Maximiliano que deambula por los jardines del Alcázar del Castillo de Chapultepec, acompañado solo por la música en vivo del compositor y pianista Alonso J. Burgos.
“Maximiliano llega a mí y parece que los personajes históricos me persiguen, ya me había tocado interpretar a Luis Echeverría y a Nacho de la Torre y Mier, yerno de Porfirio Díaz”, expresó el actor.
Sobre su trabajo en este montaje, Kleinbaum explicó que lo más importante era conocer al hombre, más allá del texto, “rascar y conocer cuáles eran sus intereses, pasiones y virtudes, así fue como me encontré a un Maximiliano culto que hablaba ocho idiomas y estudiaba náhuatl”.
Sin embargo, agregó, el emperador era un muy mal político, “un hombre que no tenía la capacidad ni el don de mando y eso fue lo que terminó acabando”, afirmó.
Indicó que Maximiliano fue un hombre que a pesar de que se esforzó en dejar una memoria, la historia lo acomodó en un lugar equivocado.
“Imperio” está construida en dos partes “incluye un estilo moderno y contemporáneo, pues lo que más me interesaba reflejar en la música es que el texto habla de México en 1867 pero refleja en el actual”, aseguró el compositor y pianista Alonso J. Burgos.
“En lugar de tocar las teclas del piano, toco las cuerdas y hago sonoridades relacionadas con la psicología de Maximiliano”, concluyó Burgos.