El Ayuntamiento de París inició hoy un programa que prohíbe el ingreso al centro de la capital francesa a los vehículos pesados, especialmente camiones de pasajeros, que desde hoy no pueden circular por el centro de la “Ciudad Luz”.
La medida busca reducir la contaminación de acuerdo con la presidenta municipal de París, la socialista Anne Hidalgo, gran impulsora de la prohibición.
Inicialmente concierne a camiones de mercancías y de pasajeros matriculados antes del primero de octubre de 2001, precisaron fuentes del municipio.
Estos vehículos no están autorizados a circular desde hoy por la capital francesa, ningún día de la semana, entre las ocho de la mañana y las ocho de la noche.
La Prefectura de Policía de la capital francesa tiene orden de multar o de retener cualquier vehículo antiguo que circule en el horario de prohibición.
Se calcula que en París existen entre 15 mil y 20 mil vehículos a los que conciernen las restricciones.
En un comunicado, el Ayuntamiento capitalino explicó que la prohibición “es una primera etapa en la puesta en marcha de una zona de circulación restringida”.
En el futuro, el gobierno del ayuntamiento parisino quiere extender la prohibición a toda la ciudad salvo el anillo periférico y los bosques de los alrededores de la capital.
La presidencia municipal de París indicó que desde el verano de 2016 las restricciones de circulación se extenderán a los vehículos ligeros, utilitarios y motocicletas más contaminantes.
“Como ya han hecho casi doscientas ciudades europeas, vamos a poner en marcha una zona de bajas emisiones en la cual vamos a prohibir progresivamente el acceso a vehículos contaminantes, tanto de diesel, como de gasolina”, precisó el boletín informativo.
Choferes de camiones de pasajeros han expresado su descontento porque temen que la medida perjudique su negocio de transporte de turistas en París, la ciudad más visitada a nivel mundial, que este año acogerá la cumbre mundial sobre cambio climático.
La alcaldesa Anne Hidalgo, promotora de la medida, se mostró dispuesta a que el Estado francés ayude financieramente a las empresas a comprar vehículos pesados menos contaminantes.