Internet se ha convertido en la principal plataforma de reclutamiento de los nuevos combatientes del autodenominado Estado Islámico (EI), confirmaron los arrestos efectuados por la policía italiana durante la primera semana de julio.
En dos operaciones paralelas las fuerzas del orden italianas detuvieron a una decena de personas listas para viajar a Siria y unirse a las filas del EI, además desmantelaron una célula fundamentalista especializada en el reclutamiento “on line” de nuevos terroristas.
Una tercera operación terminó con el arresto de un joven marroquí que utilizaba las redes sociales, en especial Facebok, para difundir propaganda y justificar las acciones de grupo armado.
El caso que causó más asombro entre la opinión pública fue, sin embargo, el de la familia italiana que estaba por adherirse a las filas yihadistas por indicación de uno de sus miembros, la joven María Giulia Sergio, alias Fátima Zahara, aparentemente ya residente en Siria y feroz militante del EI.
El padre, la madre, la hermana y el tío de la joven fueron arrestados antes de que viajaran a territorio sirio bajo presión de María Giulia y su marido (de nacionalidad albanesa), quienes, según investigadores, se casaron en septiembre pasado y se unieron a los yihadistas.
En una entrevista a través de Skype con el diario Corriere della Sera, María Giulia o Fátima, de 28 años, justificó las decapitaciones contra los “infieles” cometidas por los militantes del EI.
“Cuando nosotros decapitamos a alguien, digo nosotros porque yo también formo parte del Estado Islámico, lo hacemos para obedecer al sharia (ley islámica)”, dijo.
Fue a través de Skype que la Dirección de Investigaciones Generales y Operaciones Especiales (Digos) de la policía italiana interceptó las pláticas de Fátima con sus familiares, a los que exigía unirse al EI.
En la conversación con el Corriere della Sera la joven aseguró que “solo son decapitados los ladrones, los hipócritas que actúan como espías contra el Estado Islámico y pasan informaciones a los infieles para atacarnos”.
María Giulia es el típico ejemplo de mujer joven y occidental “engatusada” por el EI para abandonar su cultura y embarcarse en una aventura patriótica con un héroe, en este caso su marido.
Para la experta Loretta Napoleoni, autora del libro “Isis. El Estado del terror”, la organización fundamentalista necesita mujeres entre sus filas para dotarse de estabilidad social y fácilmente logra reclutar a occidentales, activas en las redes sociales y sensibles a su proyecto de crear el Califato.
Dijo que los primeros contactos de todos los seguidores occidentales del EI tienen lugar en el universo cibernético y están motivados por la búsqueda de una nueva identidad o de dar un significado a sus vidas.
El director del Instituto para Estudios de Política Internacional (ISPI), Paolo Magri, resaltó que la propaganda del EI tiene en internet, más que en las mezquitas, su principal canal de difusión.
“El terrorismo vive de comunicación, pero lo que está detrás de este momento especial del terrorismo es mucho más: no solo la capacidad de usar los medios, sino también de tener una estrategia articulada hecha de productos diferentes para destinatarios diferentes y con técnicas diferentes”, señaló en una reciente rueda de prensa.
Según el psicólogo Marco Cannavicci, algunos elementos comúnes en los perfiles de los “combatientes extranjeros” (occidentales que se unen a las filas del EI) son el deseo de hacerse justicia por sí mismos y de expresar toda su rabia contra el estilo de vida occidental.
En el reporte del ISPI, “Italia y el terrorismo en casa”, Cannavicci también señaló una necesidad psicológica de identificación absoluta con un grupo extremista y con una causa considerada justa, así como la urgencia de encontrar la propia identidad y un nuevo estatus social.