Las medidas tomadas por algunos países de la Unión Europea (UE) para frenar el flujo migratorio a nivel nacional son un “obstáculo” a la solución europea de la crisis, criticó hoy aquí el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker.
El líder del Ejecutivo europeo hizo la declaración ante el Parlamento Europeo (PE) mientras Austria auspicia en su capital una cumbre sobre el tema con los países de la llamada ruta balcánica, de la que excluyó a Grecia y a las máximas autoridades de la UE.
La CE ya había criticado la pasada semana la decisión del gobierno austríaco de limitar los pedidos de asilo que recibe a diario, considerada ilegal según las legislaciones internacionales y de la UE.
Juncker defendió la importancia de que los Veintiocho “confirmen su determinación común a avanzar lo más rápidamente posible” en la gestión de la crisis.
También el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, presente en la Eurocámara, urgió a las capitales a “evitar diseñar planes A, B y C” y advirtió que “no hay buenas alternativas” a una estrategia común europea.
“No tiene ningún sentido. Sólo crea divisiones. Es en la unión que debemos buscar las soluciones”, defendió.