Mejorar la movilidad en la capital del país fue uno de los objetivos principales que se trazaron en el proyecto de creación del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.
Con una red que actualmente tiene 195 estaciones distribuidas en 12 líneas y más de 226 kilómetros de vía, su edificación representó un parteaguas en el transporte de los habitantes de la Ciudad de México durante la segunda mitad del siglo XX.
Así el 4 de septiembre de 1969 fue inaugurada la Línea 1 del Metro, en el tramo de Zaragoza a Chapultepec, con una extensión de 12.6 kilómetros, y tuvo su primer recorrido entre las estaciones Insurgentes y Zaragoza, indica el STC en su página de Internet.
El 29 de abril de 1967 se publicó en el Diario Oficial el decreto presidencial a través del cual se crea un organismo público descentralizado, a fin de “construir, operar y explotar un tren rápido con recorrido subterráneo”.
Su edificación abarcó seis etapas, la primera inició el 19 de junio de 1967 y la última concluyó en 2000 con la Línea B; sin embargo el 30 de octubre de 2012 se inauguró la Línea 12, también conocida como Línea Dorada, que va de Tláhuac a Mixcoac.
Actualmente el Metro es uno de los transportes que más capitalinos prefieren, pues además de su capacidad en cuanto al número de pasajeros tiene la ventaja de que es subterráneo y en algunos tramos tiene estaciones elevadas.
En un comunicado, el STC señaló que ha cumplido con sus objetivos “que son la construcción, operación y explotación de un tren rápido con recorrido subterráneo y superficial, para el transporte colectivo en el Distrito Federal”.
El Metro, que desde ese tiempo ha transportado a más de 55 mil 176 millones de usuarios y 5.3 millones al día, también es un espacio en donde se proyectan diversas expresiones, como la cultura, lectura y la ciencia.
Por su eficacia es considerado una de las alternativas de trasporte más rápidas en el Distrito Federal, y es reconocido como uno de los metros más importantes en el mundo.
Por ello es que renovar el parque vehicular, el desarrollo tecnológico para la autoproducción de refacciones, el mantenimiento continuo y el equilibrio de la demanda con la oferta de trenes son los retos que este sistema de transporte tiene a 46 años de su origen.