El Fondo Monetario Internacional (FMI) confió en la fortaleza de los fundamentos macroeconómicos de México para mantener la Línea de Crédito Flexible (LCF), pese a retos internos y el entorno externo que enfrenta.
En este momento no vemos razón alguna para cuantificar retos y creemos que México satisface los requerimientos de la línea de crédito”, dijo en Washington la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
De esta manera, la titular del FMI pareció desestimar el impacto que ha tenido sobre la economía mexicana los choques externos de los últimos dos años, sumados a la baja en los precios del petróleo y los prospectos de una difícil relación comercial con Estados Unidos.
En conferencia de prensa en el inicio de los trabajos de la reunión anual de primavera del FMI, Lagarde dijo que el fondo valora como correctas las políticas implementadas por las autoridades mexicanas para responder a estas contingencias.
El precio del petróleo ha aumentado de manera significativa, la inflación ha aumentado, pero creemos que la respuesta monetaria que fue puesta en pie de manera inmediata mediante el ajuste, fue la decisión correcta. La Línea de crédito flexible se mantiene”, enfatizó.
El Directorio Ejecutivo del FMI aprobó en mayo de 2016 un nuevo acuerdo por dos años de la Línea de Crédito Flexible (LCF) para México por 88 mil millones de dólares, y canceló el acuerdo anterior por 67 mil millones de dólares.
El nuevo monto representó un aumento de 32 por ciento respecto al acuerdo anterior, aunque las autoridades mexicanas manifestaron su intención de asignar al acuerdo un carácter precautorio.
El FMI aludió entonces los sólidos fundamentos de las políticas macroeconómicas implementados por el gobierno mexicano y su resistencia ante choques externos, haciendo notar que la política monetaria está guiada por objetivos de inflación en el marco de tipo de cambio flexible.
Notó que el marco de regulación y supervisión financiera continua siendo sólido, y anticipó que el crecimiento a mediano plazo deberá beneficiarse de una serie de reformas estructurales en proceso de implementación.
Lagarde dijo que la línea está ayudando la economía mexicana, aunque no abundó detalles.
La LCF fue creada en 2009 como un instrumento para fortalecer la posición de los países en los mercados financieros, reconociendo su fuerte desempeño económico y la solidez de sus fundamentos macroeconómicos.
Los desembolsos de esta línea de crédito no son escalonados ni están condicionados al cumplimiento de metas de política económica, como es el caso de los programas tradicionales respaldados por el FMI.
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