Alzan las piernas, las bajan, se mueven para un lado y luego para el otro, o se ponen de cabeza, son pequeños humanoides creados por jóvenes estudiantes mexicanos triunfadores de la Robotchallenge, uno de los eventos más importantes en el campo de la robótica en todo el mundo.
Israel Ortiz Hernández, Cristóbal Calva Díaz, Eduardo Bracho Mora, Christian Vázquez Gallar, Luis Cortés Hernández, Jonathan Salcedo Cruz, Alexis Hernández García, Ángel Antonio de la Cruz de Aquino y Abner Juárez Jiménez obtuvieron el primer lugar y medalla de oro en las categorías Seguidor de Línea Avanzado con el robot XF-11, y Microsumo con el prototipo TOM.
Los estudiantes del Tecnológico Nacional de México (TecNM), Unidad Poza Rica, se midieron con las 56 mejores naciones del mundo y dos mil creaciones en la competencia celebrada en Viena, Austria.
Ahí, constataron que México es una referencia mundial en robótica y “cuando nos ven pisar alguna competencia nos tienen respeto”, afirman orgullosos los estudiantes.
Y es que la Robotchallenge es uno de los eventos más importantes en el campo de la robótica en todo el mundo, y arrojó además medallas de plata y bronce para los robots Mayk y El Chavo, en la categoría de Carrera de Humanoides.
“Disciplina, dedicación y mantener siempre tus metas en la mira” son las armas de estos orgullosos estudiantes que han contribuido a que México sea considerada hoy una referencia mundial en robótica. “Lo sabemos porque lo escuchamos decir en todos los idiomas”, reiteran.
Por ello, recomiendan “a todos los chavos que les gusta la robótica y que van entrando, que no se rindan. Al principio no van a ganar ni a ser el mejor; tampoco van a salir las cosas como tú quieres y esperas”.
Se trata de ser perseverantes, pacientes, autodidactas, preguntar, equivocarse, levantarse y seguir adelante. “Los sueños son para ir tras ellos, nunca darse por vencidos y siempre estar allí, tocando puertas, golpeando fuerte, hasta que un día despiertes y lo veas ya realizado”, afirman.
El Instituto Politécnico Nacional es otra institución que ha traído galardones a México, “son nuestra máxima competencia”, aseguran los jóvenes mientras desempacan las piezas para armar sus robots.
Se empujan, se ríen, disfrutan del momento. Son héroes. Los robots van tomando forma, los más pequeños se enfrentan entre sí.
¿Alguien los maneja? No, tienen sensores propios.
A su vez, los humanoides hacen caminatas o ejercicios a manera de gimnastas. “Ninguno de nosotros es tan bueno, ¿eh?”, bromea uno.
Abrazan muchos sueños. Hoy piensan mantener a raya a Polonia, Turquía, Rumania y Austria, las principales potencias en la materia, en las próximas competencias de Colombia y Ecuador, en abril. Lo hicieron en Austria, y antes en Ecuador, Brasil y Rumania.
“Es un orgullo representar al Instituto Tecnológico Superior de Poza Rica, al Tecnológico Nacional de México (TecNM) al que pertenecemos y, principalmente, a nuestro país y demostrar que estamos al mejor nivel en el mundo”, destacan.
“Cuando vamos, los demás países se ponen a pensar un poquito”, indicó Ortíz Hernández y añade: “Saben que va a haber competencia”.
Sus carreras son ingeniería mecatrónica, ingeniería mecánica, ingeniería electrónica e ingeniería en sistemas computacionales. En su escuela existe un club de robótica al que van quienes gustan de hacerlos, entre 150 y 200 jóvenes.
Ahí, los estudiantes ponen en práctica lo que aprendieron en el aula y además son asesorados por un grupo de cuatro maestros. No es barato construir un robot. Tampoco viajar para concursar a otras naciones. Pero su escuela los apoya.
Y mientras se preparan en perfeccionar sus equipos y crear otros nuevos también miran el futuro. “Por el momento, tenemos que seguir en nuestras carreras y ver hacia adelante qué oportunidades nos esperan”, indicó el joven estudiante.
Cristóbal de Jesús, por su parte, quisiera estudiar una maestría en el ramo automotriz, con el apoyo de una beca por parte de las autoridades. Unos quieren seguir estudiando en el país, otros viajar al extranjero.
Con sus robots, demuestran su capacidad. “Es aquí donde demostramos si somos buenos o mejores”, expuso.
Los humanoides alzan las piernas, las bajan, se mueven para un lado y luego para el otro. Los jóvenes recuerdan que su grado de sofisticación cada vez es mayor, tanto así que ya se ensayan modelos para que se encarguen de tareas específicas en casa, por ejemplo.