Guanajuato.- Vender y dejar todo en su país en busca de una mejor vida, es lo que hacen muchos migrantes que emprenden una travesía para llegar a los Estados Unidos.
Tal es el caso de José, de 37 años, originario de Colombia, quien espera llegar a la frontera con su esposa e hija de 1 año.
Les tomó 34 días llegar de Colombia a Chiapas y de ahí a Irapuato fueron otros 17 días. Casi tres meses en los que han enfrentado un sin fin de situaciones.
“Migrar no es un delito (…) pero decime vos (sic), nosotros vendemos todo en Colombia, Venezuela, hasta la perra vendimos para poder hacer una travesía de esas. Y llegamos a un sitio y nos dicen ‘su documentación, está en 20-30 días’, entonces cómo esperar tanto, nosotros no tenemos dinero para vivir, comer, uno de adulto aguanta, pero los niños no”, señaló.
Viajar de noche entre los vagones es lo que muchos hacen, ya que así no corren el riesgo de que personal de migración los detecte tan fácilmente y sean deportados a su nación de origen.
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Sin embargo, José compartió que corren riesgo de ser víctimas de secuestro por los cárteles, por lo que hay quienes evitan tomar el tren que transita por el estado de Jalisco.
Además, compartió el riesgo que implica ir en los vagones o bien el que muchos migrantes se avientan del tren que se encuentra en movimiento en su desesperación para evitar ser agarrados por la ‘migra’.
“El que se caiga del tren no queda vivo (…), el que va en medio de los vagones, el tren se lo chupa, los jala para adentro”, dijo.
De Irapuato tomarán el tren con rumbo a Torreón, un trayecto de al menos 30 horas y de ahí viajarán a Chihuahua para posteriormente trasladarse a Ciudad Juárez, en donde la situación es aún más crítica con el monitoreo que tiene la Dirección General de Migración, compartió.
/ED
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