La presidenta de la Canirac León, Helen Anaya Sanromán, negó que hasta ahora alguno de los 135 restauranteros agremiados haya sido extorsionado; sin embargo, reconoció que delitos comunes como los robos a comensales y cristalazos han disminuido hasta un 20% la afluencia de clientes a sus establecimientos.
Luego de reunirse con Mario Bravo, secretario de Seguridad Pública, Helen Anaya señaló que los delitos que más los afectan son los robos en todas sus modalidades, cristalazos y los asaltos a sus empleados, ante lo cual, el funcionario les ofreció dar un botón de pánico a los afiliados que aún no lo tienen y capacitar a su personal para saber cómo actuar en caso de un intento de extorsión o en situaciones de riesgo.
“Hablamos de capacitación, por ejemplo, personal de primer contacto, una telefonista que esté bien capacitada para el tema de extorsiones o que no brinde información que no debe de brindar, porque muchas veces son las principales promotoras de todo lo que sucede porque dan información de horarios, etcétera.
“Por ejemplo, el mesero también es una persona que está en constante cercanía con el cliente y se puede dar cuenta si porta algún arma, si están teniendo alguna conversación delicada, tener nosotros un código de qué hacer, porque no podemos apanicar a todo el restaurante”, declaró en entrevista.
Otro de los ofrecimientos fue compartirles el contacto de los delegados de cada una de las zonas de patrullaje estratégico y proporcionarles las bases de datos tanto de elementos de seguridad privada, como de franeleros, las cuales estarían listas a principios de 2020.
“Nos dijo (el Secretario) que va a haber una base de datos de todos los guardias de seguridad privada, franeleros, viene-viene, porque muchas veces ellos son también parte de la delincuencia organizada y nosotros no lo sabemos, pero fungen como halcones, son los que pasan información incluso de qué coche traigo, placas, cómo soy, entonces esa medida también nos gustó mucho porque nadie los controla, nadie los regula”, dijo.
No obstante, reconoció que en León ningún restaurante afiliado ha tenido que cerrar a causa de la inseguridad, como sí ha ocurrido en Celaya donde, según dijo, aproximadamente 15 establecimientos agremiados sí han tenido que pausar sus operaciones.
Por su parte, Mario Bravo comentó que los restauranteros le solicitaron botones de pánico, pero también capacitaciones para saber cómo actuar en caso de un intento de extorsión.
“En los botones de pánico, vamos a establecer un nuevo protocolo de actuación, en coordinación con el C4, en este gremio restaurantero, capacitaciones que nos están pidiendo, qué hacer en caso de una llamada de extorsión, qué hacer en caso de un delito en el restaurante, todo eso se va a estar trabajando en coordinación con este gremio”.
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