Aproximadamente 94 por ciento de la población padecerá lumbalgia en algún momento de la vida, estimó el médico traumatólogo adscrito al Hospital de Especialidades del IMSS Jalisco, Héctor Leonel Paredes Morfín.
El especialista agregó que más de 60 por ciento de los pacientes que acuden a consulta en el primer nivel de atención del IMSS Jalisco presenta lumbalgia, “es decir, dolor en la espalda baja, por diversas causas”.
Pero aclaró que esto no necesariamente quiere decir que la persona tenga una patología más grave, “como hernia discal, desplazamiento de vértebras, así como alguna malformación congénita o adquirida con el tiempo en la columna vertebral”.
Manifestó que la lumbalgia aparece por ejemplo durante el embarazo, debido a cambios del eje sagital, “así las molestias son esperadas en la mayoría de las mujeres”.
El experto dijo que es importante no minimizar el dolor de espalda, “ya que se presentará en algún momento de la vida en aproximadamente 94 por ciento de la población, los pacientes podrían clasificarse dentro de dos grupos: uno en el que los malestares se asocien a problemas neurológicos y otro en el que no sea así, una lumbalgia podría revelar una falla orgánica grave”.
Precisó que una extensión de esta patología, conocida por los expertos como síndrome doloroso lumbar, es el tan frecuente “dolor de ciática, que consiste en la irritación de una de las raíces que confluyen en el nervio más grueso del cuerpo humano”.
Paredes Morfín afirmó que si alguna de las raíces componentes del nervio ciático sufre una alteración, si se comprime, irrita todo el trayecto de dicha parte anatómica, “la cual va desde la región lumbar, lo que la gente comúnmente llama cintura, sigue por la cadera, los glúteos, por la parte posterior de mismo y termina en el dedo gordo del pie”.
Puntualizó que el dolor de la ciática se caracteriza por ser muy fuerte y agudo.
El especialista destacó que cuando un paciente ya tiene dolor frecuente, ya sea en la región lumbar o en el nervio ciático, el médico tratante puede sospechar la presencia de una hernia discal, una compresión nerviosa e incluso una simple contractura muscular generada por la actividad física abrupta, como correr sin calentamiento previo.
“Algunas personas ya no se pueden incorporar después de agacharse debido las lumbalgias”, concluyó.