Las grandes potencias están dispuestas a levantar parcialmente el embargo de armas a Libia para facilitar al gobierno de unidad nacional a combatir al Estado Islámico (EI), afirmó hoy aquí el secretario estadunidense de Estado, John Kerry.
“La comunidad internacional va a apoyar la exención del embargo de armas del Consejo de Seguridad para permitir a Libia adquirir armas y munición para luchar contra el EI”, dijo Kerry en rueda de prensa en Viena, junto a su colega italiano, Paolo Gentiloni.
En un comunicado final, las grandes potencias declararon que “apoyarán por completo los esfuerzos” del nuevo gobierno libio que solicitará el levantamiento del embargo de armas, y están dispuestas a entrenar y equipar a la guardia presidencial y a las fuerzas autorizadas.
Un total de 25 países occidentales y árabes firmaron esta declaración, entre ellas Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita, Egipto, Túnez, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia.
“Si hay un gobierno legítimo y está luchando contra el terrorismo, no debería ser prisionero o víctima del embargo de armas”, subrayó el jefe de la diplomacia estadunidense.
Por su parte, el canciller italiano precisó: “no estamos hablando de eliminar el embargo, pero el embargo permite exenciones”. “Vamos a pedir exenciones al embargo bajo ciertas circunstancias”, agregó.
El jefe del gobierno de unidad nacional de Libia, designado por las Naciones Unidas, Mohamad Fayez al Serraj, pidió levantar o aliviar el embargo de armas a su país, así como el entrenamiento y la asistencia de las fuerzas gubernamentales libias para “combatir el terrorismo”.
Aclaró que solicitó apoyo, pero no una intervención de fuerzas extranjeras. “Pedimos a la comunidad internacional que nos asista, no hablamos de intervención sino de asistencia”, insistió.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impuso un embargo a la venta de armas a Libia al inicio de la revuelta contra el régimen de Muamar Gadafi en 2011, aunque ha sido violado en varias ocasiones.
Antes de la conferencia, que ha reunido cancilleres en Viena, Francia y Alemania advirtieron que la inestabilidad en Libia y el auge del EI en una situación de vacío de poder suponen una amenaza para Europa, según la agencia austríaca de prensa APA.
El gobierno de unidad libio, con sede en Trípoli, estuvo representado por el presidente del Consejo presidencial designado por las Naciones Unidas, Mohamad Fayez al Serraj, que desde marzo pasado intenta asentar su autoridad.
Este gobierno de unidad nacional fue instalado el 31 de marzo de 2016 en un intento de acabar con la dualidad de poderes y contribuir a la solución de la profunda crisis surgida tras la caída del régimen de Muamar Gadafi, derrocado y asesinado en octubre de 2011.
El EI ha aprovechado el caos que reina en Libia, desde la revuelta que puso fin al régimen de Gadafi, para controlar vastas zonas del territorio libio.
La expansión de los yihadistas en Libia supone una gran preocupación para Europa, dada su cercanía geográfica y la riqueza petrolera de Libia.
El objetivo de pacificar y estabilizar el país es además clave en la crisis de refugiados, pues la Unión Europea (UE) necesita un interlocutor fiable en la lucha contra el tráfico de personas.