Catalogada como la “película maldita” del cine nacional, la Filmoteca de la UNAM presentó anoche una versión digitalizada del filme “La sombra del caudillo”, de Julio Bracho, a 55 años de su creación en la sala de cine que lleva el nombre del cineasta mexicano en el Centro Cultural Universitario (CCU), en esta capital.
Basada en la novela del mismo nombre del escritor Martín Luis Guzmán, cuyos hechos acontecieron en México después de la Revolución Mexicana y de los asesinatos de Madero, Zapata, Villa y Carranza, el filme no tuvo un proceso de restauración digital, sino una digitalización de una copia de 35 milímetros del filme original y del que se dice, el propio presidente Adolfo López Mateos entregó a la Filmoteca.
Guadalupe Ferrer Andrade, directora de dicha institución, señaló que “para esta función, lo que hicimos fue una muy buena limpieza de la copia que teníamos y un proceso de digitalización de la misma; limpiamos el sonido, todos los gises, los ruidos y demás para lograr que su comprensión fuera nítida”.
“No hicimos un proceso de restauración digital, sino una digitalización de la película, permitiendo que dicha digitalización la presente mucho más limpia, sin rayas y un sonido más limpio”, explicó.
En el acto, se presentó además el guion original del propio Julio Bracho (1909-1978), el cual fue restaurado por la Filmoteca. Se trata de un documento de más de 100 páginas que data del año 1959 y que años atrás, la actriz e hija del cineasta, Diana Bracho, donó a la institución universitaria.
La directora de la Filmoteca mostró a Diana Bracho el guion restaurado, luego de que este sufriera algunas quemaduras cuando la biblioteca del realizador se incendiara.
“Bracho donó a la Filmoteca el guion original de su padre, habiendo sido uno de los pocos materiales que sobreviven a la Biblioteca de Julio Bracho. La Filmoteca lo recibió y lo restauró, porque tenía un par de quemaduras; se trata pues del guion que ella donó y que ahora está para la historia”, dijo Ferrer.
Para Ferrer Andrade, la película pasó por muchas vicisitudes por varios años, “pero afortunadamente se depositó después de su cancelación, de su censura, una copia en la Filmoteca de la UNAM”.
“Se dice que fue el propio presidente, Adolfo López Mateos, que la mandó a la Filmoteca porque Julio Bracho le regaló una copia, aunque fue el gobierno el que la censuró. Entonces, la Filmoteca resguardó por mucho tiempo una copia, una más llegó a estar en la Cineteca antes del incendio, pero lo que nosotros hemos tenido en realidad siempre, fue un positivo.
“Es decir, que cuando uno trata de hacer nuevas copias de un positivo ya la calidad no es la misma, que si uno lo hubiera podido hacer del negativo. Ni idea de donde puede estar el original”, detalló.
En el marco además de los 55 años de la Filmoteca y de los 70 del Sindicato de Trabajadores Técnicos y Manuales de Estudios y Laboratorios de la Producción Cinematográfica S. y C. de R.M., STYM, y del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la República Mexicana, STPC de la RM, “La sombra del Caudillo” está considerada como una joya del cine mexicano.
No obstante el esfuerzo para su estreno comercial en México, la cinta fue vetada en 1960 sin una razón explícita.
En el mismo acto, la actriz Diana Bracho recibió un póster original de la película cuando ésta se exhibió en el Festival de Karlovy Vary, uno de los más antiguos festivales de cine del mundo, celebrado anualmente en julio en esa ciudad checa.
De igual manera, se entregaron reconocimientos a Salvador Vázquez Orozco, Fernando Ramírez Moreno y Enrique Lechuga Morales por su participación en el mencionado filme.
“La sombra del Caudillo” es una fuerte crítica al caudillismo que imperaba en México después de la Revolución y que marcó el inicio del poder ostentado por las esferas militares.
La novela fue publicada en Madrid en 1929, y se convirtió en una polémica película que la censura oficial mexicana mantuvo prohibida hasta 1990.
La cinta fue producida en 1960, gracias al esfuerzo de los miembros de todas las secciones del STPC que trabajaron en la producción de forma gratuita y aportaron su talento y profesionalismo; se trata pues de un referente histórico del país, además de ser la obra cinematográfica que concluyó con la “Época de oro” del cine nacional.