Este año apunta a que el turismo de romance retomará los niveles previos a la pandemia en Guanajuato, y han surgido nuevas tendencias, como el hecho de que cada vez más bodas se realizan en espacios abiertos y otras se llevan a cabo en pueblos mágicos, algunas de ellas con rituales de chamanes.
Así lo dio a conocer Conny Vallejo Cortés, directora de Segmentos Especializados de la Secretaría de Turismo de Guanajuato, quien indicó que en el primer semestre de 2022 ya se está alcanzando la cantidad de casamientos que se llevaban a cabo en 2019 en los destinos guanajuatenses más populares para ello, como lo son San Miguel de Allende y Guanajuato capital.
En ambas ciudades, en promedio se llevan a cabo entre 15 y 18 bodas cada fin de semana, sobre todo en los meses de primavera e invierno, que son cuando se registran más eventos de este tipo.
Sin embargo, destacó que hay nuevas tendencias en este segmento turístico, como el hecho de que, tras la contingencia sanitaria generada por la covid, cada vez más parejas prefieren espacios al aire libre, lo cual reduce el riesgo de contagiarse de dicha enfermedad.
“Es como la tendencia, los jardines, las exhaciendas, lugares en áreas naturales protegidas, e incluso nuestros turoperadores de naturaleza también se han visto beneficiados con las bodas porque hacen mancuerna con las wedding planners y llegan a realizar bodas, a lo mejor no tan grandes, pero se hacen con este tipo de variantes”, dijo.
Además, Conny Vallejo resaltó que también cada vez se celebran más bodas en los seis pueblos mágicos que tiene Guanajuato, las cuales si bien son más pequeñas que las convencionales, en ocasiones integran rituales con la naturaleza y con chamanes.
En estos casos, añadió, como las celebraciones se realizan en zonas con poca infraestructura hotelera, los invitados generalmente se hospedan en una la ciudad más próxima y se rentan camionetas para que los trasladen a la boda.
“La magia que tiene el hacerlo en los pueblos mágicos es que hacen también bodas con rituales, con chamanes, cosas que están de moda ahorita y son bodas mucho más pequeñas, luego lo que sucede es que si lo haces en un rancho o hacienda con cierto número de habitaciones, ahí se quedan los novios y los familiares y contratan vans para llevarlos a destinos que tengan más infraestructura hotelera”, dijo.
Puso como ejemplo que quienes acuden a una boda en Mineral de Pozos, ubicado en San Luis de la Paz, se hospedan en San José Iturbide y de ahí rentan camionetas para acudir a la boda.
La funcionaria de la Sectur agregó que la derrama económica estimada por pareja que acude a una boda en el estado ronda los 3 mil 700 pesos, aunque mucho depende del municipio y temporada en el que se lleva a cabo.