Juan Antonio Guzmán Acosta, socio encargado de Auren Bajío, rechazó renunciar a su cargo de representante ciudadano en el Comité de Adquisiciones del Ayuntamiento, luego de que su firma recibiera un contrato de 1.4 millones de pesos para el gerenciamiento financiero y jurídico del proyecto para instalar 50 mil luminarias con tecnología led.
Además señaló que hay intereses empresariales detrás de los señalamientos acerca de que la licitación para la compra e instalación de las lámparas, está dirigida.
Con ello, respondió a la petición que hicieron regidores del PRI y el propio comité municipal del Partido, que le solicitaron renunciar ante el “conflicto de interés moral” que representa ser contratista del Gobierno municipal y a su vez representante ciudadano en el comité de adquisiciones.
Sostuvo que él está en dicho comité en representación de la Concamin, por lo que el cargo le pertenece a este organismo empresarial y no a él personalmente.
El cargo honorario yo no lo tengo de manera personal, el cargo lo tiene la Concamin y la Concamin fue quien me propuso y yo estoy representando ahí los intereses del sector industrial, entonces no hay una razón para renunciar y el día en que la Concamin decida relevarme pues me relevará y punto; yo voy a estar ahí (en el comité de adquisiciones) hasta que la Concamin lo decida”.
Además, lamentó que los priistas hablen de moral para juzgarlo pues legalmente no ha cometido ninguna irregularidad, pero defiendan temas como la licitación de la basura asegurando que es un tema apegado a la ley.
Respecto al concurso lanzado por la Dirección de Obra Pública para comprar y colocar luminarias led, Guzmán Acosta aseveró que las acusaciones de que se trata de una licitación amañada vienen de empresas que buscan que los requisitos establecidos en las bases sean menores, principalmente el referente a la potencia de las lámparas, para que así sus productos puedan concursar, pero que provocaría que la ciudad no cuente con la luminosidad adecuada.
A mí me parece que detrás de esto también hay una empresa operando, queriendo que como su producto no cumple con las especificaciones que solicitamos, pues está golpeando para tratar de que le bajemos”, declaró.
Lo que no están calculando es que yo, por más que me golpeen, no me voy a bajar de lo que es técnicamente correcto aunque yo no lo haya definido -que eso está definido por el Municipio- pero golpeándome a mí eso no se va a bajar porque eso es lo que la ciudad necesita”, dijo.
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