Los judíos que viven en Nueva York, en el barrio donde se originó un brote de sarampión que mantiene en vilo la salud pública, se niegan a vacunar a sus hijos porque las dosis contienen “ADN de cerdo, mono y rata”.
En el barrio de Williamsburg, en Brooklyn, hay emergencia por el brote y se difundió una publicación en donde “argumentan” sus razones para no vacunar a los niños.
Advierten, falsamente, que las vacunas provocan autismo y que supuestamente también contienen células de fetos abortados.
“No hay mayor amenaza para la salud pública que las vacunas”, se dice en el panfleto.
Por ello, la municipalidad ya obligó a los ciudadanos a vacunarse y prohibió que los niños que no estén al corriente con la aplicación de biológicos, no pueden pasearse en lugares públicos.
Incluso, ya se contemplan multas de miles de dólares a quien no lo haga.
El estado de emergencia se dio a finales del año pasado, pero en 2019 todo se ha agravado por el número de niños con brotes de sarampión.
En Nueva York se han detectado casi 300 casos, cuando en 2017 apenas se registraron dos.
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