Millones de tailandeses, vestidos de negros, rinden el último adiós al venerado rey Bhumibol Adulyadej, cuya muerte deja al país asiático en una etapa de incertidumbre, luego de años de tensiones políticas.
El príncipe heredero Maha Vajiralongkorn, de 64 años, es el sucesor directo al trono, pero solicitó suspender por un tiempo la investidura, según el primer ministro de Tailandia, Prayut Chan-O-Cha, quien pidió a la población a “no entrar en caos”.
El gobierno ha declarado un año de luto oficial y pidió a los tailandeses vestir de negro y evitar “festividades” durante 30 días.
No obstante, el primer ministro Prayuth, quien tomó el poder tras un golpe de Estado en 2014 tras meses de incertidumbre política, ha hecho un llamamiento a las empresas para mantenerse activas.
El gabinete de gobierno declaró un día de fiesta para el duelo de este viernes, pero la Bolsa de Tailandia y los bancos funcionan con normalidad.
El cuerpo del monarca será trasladado desde el hospital donde murió a la Grand Palace, un complejo de templos y pabellones que brilla en el corazón de la capital, mientras las multitudes vestidas de negro caminan hacia el gran palacio en Bangkok.
Se espera que mientras pasa el cortejo fúnebre, miles de personas salgan a las calles para observar la procesión desde el Hospital Siriraj, donde el rey pasó gran parte de los últimos dos años luchando contra una gran variedad de dolencias, a Grand Palace.
Un comunicado del palacio señaló que el príncipe de la corona presidiría una ceremonia para bañar el cuerpo del rey, de acuerdo a un ritual budista.
“El mercado de valores, las inversiones, otros negocios no deben parar. No hay que dejar que el país pierda su credibilidad, especialmente evitar que haya impactos en la bolsa de valores”, señaló Prayuth.
Los canales de televisión están transmitiendo numerosos programas dedicados a la vida del rey, un hombre profundamente venerado y presentado como una figura unificadora en el país que ha sufrido dos golpes de Estado en la última década.
La mayoría de los tailandeses no había visto ningún otro rey en su vida y Bhumibol, que reinó durante 70 años, es visto como un padre y la encarnación de la bondad y la piedad.
En los últimos años, el monarca sufría de una gran variedad de enfermedades que afectó a sus riñones, el cerebro, los pulmones, el corazón y la sangre.
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