La Semana Santa de Valladolid, considerada como la que representa con mayor fidelidad, rigor y detalle La Pasión de Cristo, es una muestra de imaginería religiosa del mundo, caracterizada por sobriedad, devoción, silencio y respeto.
Sus procesiones brindan la posibilidad única de contemplar en las calles unas esculturas religiosas que durante el año reposan en museos, iglesias y conventos, surgidas de las mejores manos de los imagineros castellanos.
De hecho, sus tallas se encuentran entre las de mayor valor artístico del mundo en escultura policromada, debido principalmente a imagineros como Juan de Juni y Gregorio Fernández, activos en el período en que la ciudad fue Corte Imperial.
La imaginería es una especialidad del arte de la escultura dedicada a la representación plástica de temas religiosos, por lo común realista y con finalidad devocional, litúrgica, procesional o catequética.
Para esta festividad, el Museo Nacional de Escultura, ubicado en Valladolid, cede un total de 42 imágenes para las procesiones, como hecho museístico singular en España.
La historia de los desfiles procesionales en Valladalid, rehabilitados por el arzobispo Remigio Gandásegui a partir de 1920, se pierde en los tiempos dorados de la Edad Moderna, esto es, a finales del siglo XV y siglo XVI.
En su conjunto constituyen, sin duda, el acontecimiento más genuino de cuantos se suceden en el calendario local y son miles los cofrades integrantes de las 19 cofradías de tradición penitente, asistencial o gremial, que arropan la conmemoración de la Pasión de Jesucristo.
Declarada celebración de Interés Turístico Internacional en 1980, resaltan en la Semana Santa de Valladolid la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor y la procesión del Encuentro de la Santísima Virgen con su hijo.
Asimismo, el Sermón de las Siete Palabras de la Plaza Mayor, que recuerda a los autos de fe del siglo XVI.
Valladolid tiene cinco cofradías penitenciales históricas que se constituyeron o bien, en los últimos años del siglo XV o en el XVI, con unas características y un sello inconfundible en cada una.
Desde los comienzos y durante muchos años tuvieron su misión social y religiosa. Con el cambio de costumbres, de política y de normas en Valladolid, la historia de estas cofradías fue evolucionando con los tiempos hasta llegar al presente.
Las cinco cofradías son conocidas comúnmente como: “Cofradía de la Vera Cruz”, “Cofradía de la Pasión”, “Cofradía de las Angustias”, “Cofradía de la Piedad” y “Cofradía de Jesús Nazareno”.
Leopoldo Adiego, empresario y florista explicó a Notimex, en la Cofradía de la Vera Cruz, la más antigua de Valladolid y una de las más antiguas de España, la importancia de las cofradías, en gran medida por su antigüedad.
“En origen se dedicaban a atender un poco a las personas que no tenían medios, que no podían enterrarse, a liberar presos, pero ahora hacen obras asistenciales, sobre todo dar culto a las imágenes que tienen en propiedad y que exponen parta estos días de Semana Santa”, dijo.
Para el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, las celebraciones de Semana Santa son uno de los grandes tesoros y, precisamente por eso, nunca debiera de ser uno de los grandes orgullos de esta tierra.
“Los desfiles procesionales, con sus tallas de categoría inigualable, la plástica de la disciplina cófrade desplegada cual río de color por todos los rincones de la ciudad, los sonidos de la música sacra interrumpida de vez en cuando por el estrépito de las carracas, son parte esencial de nuestra Semana Santa”, agregó.
Este jueves, con una mañana soleada, la procesión del Cristo de la Luz, recordó a las víctimas de los atentados terroristas en Bruselas y a los refugiados sirios.
El Cristo de la Luz, conocido como “La perla”, una talla de Gregorio Fernández y para especialistas el Crucificado de mayor factura, muestra a Jesucristo en una pieza única de madera, con una espina atravesando la ceja de su ojo izquierdo.