Al señor Enrique Molina lo inunda la angustia e incertidumbre de no tener aún noticias de su hijo Julio César, quien quedó ayer atrapado entre los escombros del edificio número 286, ubicado en la colonia Hipódromo Condesa.
En la avenida Álvaro Obregón, dónde colapsaron las oficinas del trabajo del joven contador, el señor -junto a familiares de otras personas desaparecidas-, permanece atento a cualquier señal que emerge de las grandes cantidades de concreto, tierra y fierros retorcidos.
“Tengo la esperanza de verlo salir con vida”, manifestó el habitante de la delegación Coyoacán, quien vio a su hijo por última vez la mañana del martes, cuando lo despidió en la estación Copilco del Metro.
Comentó que Julio César, de 22 años de edad, aún continúa sus estudios de Contabilidad en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y de esta profesión ya trabajaba en el cuarto piso de las oficinas del inmueble, en el que rescatistas laboran después del sismo de 7.1 grados en la escala de Richter.
“Lo despedí ayer, hablamos de cosas de siempre, cosas del día, y lo despedí antes de tomar el transporte para dirigirse a su trabajo”, comenta con lágrimas en los ojos y, al mismo tiempo, sostiene una cobija que lo ayuda a mitigar el frío de anoche.
“Queremos ver a nuestros hijos con vida”, la señora Catalina Flores, quien describe a Julio César como un joven muy noble “y nos ayuda mucho, tienen muchos sueños e ilusiones”.
“Yo soy creyente y le pido a Dios que nos lo deje para que (él) cumpla todos los sueños. Yo siento en mi corazón que él está bien”, insiste.
En tanto, María Esther Simón es una de las personas que logró salir antes de que gran parte del edifico se derrumbara con el movimiento telúrico.
“Es horrible que se te caigan las cosas y que pienses que ya valiste (…), y ya se acabÓ todo para ti y empieces a pensar en tus familiares, tus hijos”, indica la señora, quién tenía tierra en todo el cuerpo y presentaba algunas lesiones.
María solo asistió a una de las oficinas de este edificio para tomar un curso de capacitación en el segundo piso, lo que le permitió salir con vida y hoy vivo para contarlo.
Los rescatistas indicaron que Jessica Rubi, de 27 años de edad, envió un mensaje de WathsApp a sus familiares y esto es “una esperanza de vida para rescatar a 13 personas”, quienes permanecen en las escaleras de emergencia del cuarto nivel del inmueble.
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