Alrededor de 100 millones de parejas chinas cumplen los requisitos para un segundo hijo, estimó hoy Yuan Xin, investigador de la Universidad de Nankai en Tianjin.
China anunció ya su propósito de relajar su política de un solo hijo, y en 2013 otorgó por primera vez autorizaciones a mujeres casadas con un solo hijo, de las cuales han sido tomadas por 1.5 millones de las 11 millones de parejas que se determinó como elegibles ese año.
La segunda etapa carece de fecha hasta ahora, pero muchos expertos esperan que ocurra pronto, para beneficio sobre todo de familias del medio rural chino, más interesadas que las del medio urbano en un segundo hijo.
Para que la segunda etapa sea bien recibida, deberá de venir acompañada de políticas de corte social y económico que la apoyen, dijo Yuan a China Daily en el marco de un panel de expertos de la Comisión Nacional de Planeación Familiar y Salud.
El cambio de la política del hijo único tiene varias razones. En 2011, hace cuatro años, el volumen de la fuerza de trabajo en China, formada por la población entre los 16 a los 50 años de edad, alcanzó su nivel más alto y ha declinado desde entonces.
Además, en 2014 había 916 millones de chinos de entre 16 a 59 años de edad, 66 por ciento de la población, pero en 2010 había sido de 74.5, y desde esta fecha sigue bajando.
El porcentaje de niños en la población total también ha venido cayendo, lo que anticipa que en el futuro habrá escasez de mano de obra, dijo por su parte Mu Guangzong, demógrafo de la Universidad de Pekín.
Esa carencia futura afectará el desarrollo socioeconómico del país asiático, por lo que se pronunció por la eliminación de los actuales límites al tamaño de la familia.
China necesitará un nuevo “baby boom” para contrarrestar el proceso de envejecimiento de su población, la baja tasa de fertilidad y la falta de mano de obra, añadió Mu.