El secretario de Educación de Guanajuato, Jorge Enrique Hernández Meza, reconoció que si bien el rezago educativo tras la pandemia es un reto importante, la expectativa era que fuera mayor a lo que reflejaron los resultados de las pruebas RIMA aplicadas entre noviembre y diciembre del año pasado.
Indicó que con base en estos resultados, la comunidad educativa conformada por personal directivo, docente, padres de familia y alumnos, trazarán un plan para gradualmente reducir dicho rezago.
“Nosotros esperábamos una cantidad mayor de pérdida. En términos generales perdimos en español, en promedio, un punto, y en matemáticas, tres; no veníamos de una situación presumible como estado, hay que decirlo, pero al hacer las mediciones esperábamos que fuera una pérdida mucho mayor, afortunadamente nuestras niñas y niños están en condiciones de empezar ese proceso de recuperación”, dijo.
Añadió que otra de las preocupaciones es que a los alumnos, sobre todo los más pequeños, cuesta trabajo que jueguen y se expresen, cuando antes de la pandemia lo complicado era hacer que dejaran de hablar.
Por su parte, el líder del Programa para el Desarrollo Humano en México del Banco Mundial, Truman Packard, resaltó que el gobierno de Guanajuato haya invertido en conocer a detalle el tamaño del impacto que tuvo la pandemia en el desempeño educativo.
“Felicito ese esfuerzo porque no cualquier gobierno tiene el coraje y la confianza para realmente mirar cuáles son las dimensiones verdaderas del problema; muchos gobiernos, muchos políticos, en vez de invertir en diagnosticar, podrían fácilmente ignorar el problema y seguir con lo mismo”, dijo.
El secretario de Educación en el estado indicó que aún se estudia si las pruebas RIMA serán aplicadas anual o bianualmente.