Insistió que al tratarse de una patología no transmisible sino crónico degenerativa, su incidencia puede reducirse mediante la práctica de hábitos de vida saludables, como la buena alimentación y ejercicio constante.
Con esas dos acciones además se reduce la posibilidad de desarrollar sobrepeso u obesidad, así como diabetes e hipertensión arterial.
“Es cierto que por cuestiones genéticas la aparición de algunas enfermedades no siempre puede evitarse, pero con un adecuado estilo de vida el paciente puede retrasar mucho su aparición, en el mejor de los casos efectivamente no aparecen”, resaltó el doctor De Dios Pérez.
Sin embargo, para ello también es preciso evitar factores de riesgo como el tabaquismo, que aumenta hasta cinco veces el riesgo de sufrir un infarto.
En cuanto a las urgencias “sentidas” o que no comprometen la vida del paciente, informó que la más habitual es el dolor abdominal difuso, sin sangrado, asociado a la gastritis y a molestias menstruales, que manifiestan mayormente personas entre los 20 y los 45 años de edad.
La dieta y el estilo de vida, sumado al estrés son dos factores que propician el malestar y “este tipo de urgencia es más solicitado por mujeres. El hombre también suele tener una percepción errónea de su urgencia, pero por lo general no busca atención médica”, anotó.
el especialista del IMSS Advirtió que el consumo de embutidos, bebidas carbonatadas, alcohol y el ritmo de trabajo son motivos del dolor abdominal, pero se vuelven urgencias reales cuando hay sangrado.