Complicado partido vivió el León la noche de este jueves en el Estadio Universitario, dentro del primer capítulo de la serie final por el título del Clausura 2019. Difícil iba a ser, de entrada, por las ausencias que la Fiera tenía de José Juan Macías por su participación en el Mundial Sub 20 y de Rubens Sambueza, expulsado.
Los focos apuntaban hacia Vinicio Angulo, quien saltó como el eje de ataque esmeralda ante la segunda mejor plantilla de México. Fue el mismo ecuatoriano quien desaprovechó la primera del partido en una barrida para llegar a contactar un tiro raso de Ángel Mena, que terminó en las gradas. Parecía, ante la intensidad de Tigres, que los Esmeraldas podrían hacer su juego, sin embargo el nerviosismo y ansiedad salió a relucir.
Salidas erráticas y pérdida de balones en zonas importantes, fueron el principal enemigo del León en la ida y eso cobró factura al 20’, luego de que el conjunto local recuperara la pelota en medio campo y tras centro de Luis Quiñones, apareciera André-Pierre Gignac dentro del área para empujar la redonda a marco abierto. 1-0 lo tenía Tigres y la gente que llenó el Volcán estallaba en júbilo.
Pese a que el juego de los Panzas Verdes se alargaba, hubo un par de acciones más que pudieron haber cambiado el rumbo de la eliminatoria. Al 25’, Campbell le puso un ‘bombón’ a Mena dentro del área y solo frente a Nahuel; no obstante, Ángel no pudo controlar y, cuando quiso darse la vuelta, tenía ya una marca estrecha que le robó el balón.
Luego de eso, al 31’, el ‘Chapo’ Montes tuvo la suya con un penal en movimiento atajado por Guzmán, que hizo un perfecto achique e impidió la anotación. Lo que es una realidad, es que la Fiera se veía endeble a la defensiva y el partido le dolía a elementos como Ramiro González, quien estuvo fallido en el primer lapso, y al mismo Fernando Navarro que a poco quedó de hacer un autogol.
Para el complemento, con la desventaja en el marcador, los leoneses recularon y volvieron a las bases. De a poco dejaron la ansiedad y comenzaron a pasear la pelota, no avasallando pero sí dominando a Tigres en ese sentido, incluso desesperándolo. Con eso redujeron un poco las ocasiones de peligro, cerrando el trámite y a la vez replegando líneas ambos conjuntos, pues hubo menos espacios.
Ferretti mandó a la cancha a Zelarayán, Valencia y Damm, entre abucheos, intentando generar punch a la ofensiva, aunque falló. Del otro lado, Ambriz quiso moverle con Yairo Moreno en la cancha, pero es más la falta de actitud y efectividad de la que hace hablar el colombiano. Al final, todo quedó para la vuelta, en un resultado que pudo haber sido más abultado para el León pero que termina siendo remontable, pues es apenas un gol de distancia y la ventaja de cerrar en casa y ante su gente, deberá hacerse pesar el próximo domingo para los Esmeraldas.
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