A 20 años de recibir un trasplante de riñón, Ileana Cristina Durán Jiménez también es sobreviviente de tuberculosis y de cáncer de mama.
La presidenta de la asociación civil “Trasplantados y donadores” comentó en entrevista que gracias a la donación que recibió de una niña de 15 años superó la insuficiencia renal que la aquejó desde los nueve años y vivir experiencias extraordinarias como ser madre.
Sin embargo, no todas las personas que necesitan un riñón podrán tenerlo antes de morir, ya que el tiempo de espera para este órgano va de seis meses a dos años, de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra).
Alrededor de 19 mil 600 personas esperan un órgano o un tejido en México, de las cuales 11 mil 300 esperan un riñón, siete mil 500 una córnea, 350 un hígado y 150 un corazón, señaló el director del Cenatra, José Salvador Aburto Morales.
Precisó que en 2014 se hicieron seis mil trasplantes, de los cuales dos mil 700 fueron de riñón y para 2015 se prevé un incremento de 10 por ciento, pues en lo que va del año se hicieron dos mil 214 de córnea, mil 791 de riñón, 110 de hígado y 28 de corazón.
En relación al número de habitantes, el Distrito Federal es donde se registra el mayor número de donaciones y de trasplantes; le siguen en orden de frecuencia los estados de Nuevo León, Jalisco, Guanajuato, México, Puebla y San Luis Potosí.
Las instituciones que más trasplantes hacen son: el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Secretaría de Salud federal (SSA), los hospitales privados, Petróleos Mexicanos (Pemex) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
EL PROCESO DE DONACIÓN DE ÓRGANOS
Cuando una persona decide ser donadora lo puede hacer en vida o después de la muerte.
Del total de trasplantes en México, el 75 por ciento proviene de una persona con vida, cifra que las autoridades pretenden revertir tal como sucede en España, Argentina, Brasil y Uruguay, donde un 80 por ciento de los donadores son cadavéricos y el resto personas con vida.
Aburto Morales explicó que las personas pueden donar en vida siempre que así lo deseen, sean mayores de edad, no tengan enfermedades como hipertensión, diabetes, cáncer e infecciones como VIH-Sida y hepatitis, entre otras.
Por otro lado, “es importante aclarar que el requisito número uno y la condición básica para donar órganos vascularizados con fines de trasplante” es que las personas fallezcan con diagnóstico de muerte cerebral, comentó el médico.
Pues al momento de que el cerebro fallece o pierde su función, el corazón puede seguir latiendo e irrigar sangre por algún tiempo a los demás órganos y tejidos susceptibles a ser trasplantados.
Mientras que las personas que fallecen por paro cardíaco solo pueden donar tejidos, afirmó.
Desde que una persona presenta muerte cerebral o fallece por paro cardíaco, el proceso de trasplante puede durar de 24 hasta 72 horas, tiempo en el que se mantienen los órganos y/o tejidos con vida.
Se hacen estudios para descartar enfermedades infecto-contagiosas o alguna infección sistémica no controlada y se cubre a cabalidad el protocolo médico-legal-administrativo que requiere.
Una vez que se extraen los órganos el tiempo es vital, ya que el corazón puede durar hasta cinco horas y el hígado máximo siete horas desde que se extrajo del donador hasta que se implanta en el receptor, afirmó el funcionario.
En cambio, el riñón puede durar hasta 20 horas y la córnea es llevada a un laboratorio de un banco de tejidos para someterla a diversos estudios con el fin de establecer su utilidad, proceso que puede durar hasta nueve días, abundó.
Explicó que cuando un órgano y/o tejido cumple con todos los requisitos se busca al receptor entre las personas que esperan alguno, tomando en cuenta la compatibilidad con el donador, cuyo principal aspecto es el tipo de sangre.
“Para el corazón se toma en cuenta desde el sexo, el tamaño, la complexión, la estatura y el peso. No puedes tomar un corazón de un adulto y ponerlo en un niño. Más o menos el porcentaje de variabilidad entre una persona que dona y una que recibe es de 20 por ciento, entre el peso, la talla y los datos antropomédicos”, detalló Aburto Morales.
Señaló que el centro que dirige y la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) son los organismos de la Secretaría de Salud federal encargados de velar por la equidad y transparencia de los procesos de donación y trasplante.
“En este país estamos enterados cuando se genera un donador en cualquier parte de la República. El hospital donde se genera informa qué se está generando, quién lo está generando, qué órganos y tejidos, qué etapa van del proceso, cuándo se concreta, qué tejidos se toman y a dónde van”, indicó.
Si bien la donación cadavérica multiorgánica puede costar alrededor de 200 mil pesos, debido a las soluciones que se aplican para mantener el órgano y a la cirugía, el costo lo absorbe la institución que lo genera, agregó el funcionario.
Por tanto, “definitivamente la familia que dona no tiene por qué pagar los costos relacionados con la generación de la donación” así sea en una institución privada, afirmó Aburto Morales.
Indicó que en caso de que se quiera hacer un cobro, la familia debe manifestarlo al coordinador de donación “para que él lo arregle dentro de la administración del hospital”.
RETOS Y LOGROS DE LA DONACIÓN EN MÉXICO
Algunos de los retos que enfrenta la donación y trasplantes de órganos es la falta de recursos económicos, materiales y humanos para llevarlos a cabo.
Durante el Congreso Nacional de Organizaciones de Pacientes Renales, el director del Cenatra comentó que los estados con más rezago en esta materia son: Veracruz, Chiapas y Tabasco.
En tanto, la Coordinación de Donación del IMSS es la única de todas las instituciones que cuenta con un presupuesto para la donación de órganos y trasplantes así como un avión a su disposición para trasladar los órganos y al equipo médico al lugar donde se necesite.
Por ello, dijo Aburto Morales, el organismo que dirige se está acercando a las otras instituciones y hospitales privados para que también cuenten con capacidad de respuesta como el IMSS ante una donación.
El Cenatra también propuso al Consejo Nacional de Salud que cada entidad federativa tenga un Centro Estatal de Trasplantes, con el fin de que haya un subsistema de donación coordinado por el organismo federal, apuntó.
Por su costo, el trasplante de pulmón no se realiza en México, a pesar de que podría ser efectivo para el tratamiento de enfermedades como la fibrosis pulmonar idiopática, expuso la Asociación Mexicana de Enfermos de Fibrosis Pulmonar (Amefip).
El presidente de esta asociación civil, David Montaño, pidió a las autoridades crear un programa de trasplante de pulmón como lo tienen otras naciones, pues este reduciría de manera significativa el pronóstico de muerte que conlleva esa enfermedad.
Además de necesitar más recursos para hacer trasplantes, se requiere incrementar el gasto y acceso a inmunosupresores, medicamentos que deben tomarse de por vida para que el organismo no rechace el trasplante, comentó la activista Ileana Cristina Durán Jiménez.
Relató que en “Trasplantados y donadores”, asociación civil que preside, ayudan a los pacientes trasplantados a conseguir medicamento inmunosupresores en caso de que no se tenga, ya que son muy caros.
Por otro lado, México se convirtió en pionero en trasplantes de extremidades, cuando el médico Martín Iglesias Morales del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Dr. Salvador Zubirán” hizo un trasplante de ambos brazos.
Proceso que involucró a alrededor de 40 especialidades de diferentes áreas, entre ellas infectólogos, ortopedistas, terapia física, psiquiatra y neurólogos, entre otros.
Y durante la intervención quirúrgica, que duró 17 horas, trabajaron cinco cirujanos plásticos, un ortopedista, cinco enfermeras, tres anestesiólogos, dos pasantes de servicio social y tres ayudantes adicionales.
Las personas que recibieron un órgano o un tejido expresan un agradecimiento infinito hacia su donador y la familia de este, aun cuando no los hayan conocido, porque como dice Ileana, “gracias a ella vivo y ella vive en mí”.
Si bien el Centro Nacional de Trasplantes tiene registro de 51 mil 680 personas que expresaron su voluntad en vida para ser donadores después de su muerte, autoridades y activistas reconocen que hace falta incrementar la cultura de donación.
Ileana Cristina Durán Jiménez consideró que la gente no dona por falta de información y conciencia sobre la necesidad de un órgano, pues no tienen idea de lo que se vive cuando necesita un trasplante.
En la página de Internet del Cenatra se puede obtener la tarjeta de donador y llenar el Documento Oficial de la Donación, en los que cualquier persona puede manifestar su voluntad de ser donador después de la vida.
Además de la relevancia de estos documentos, es importante que quien desee donar se lo externe a su familia para que de ese modo se cumpla su voluntad, agregó Aburto Morales.