En una escalofriante historia que parece sacada de una película de terror, empleados de un call center en España vivieron una experiencia insólita cuando se vieron obligados a seguir trabajando junto al cadáver de su compañera, quien falleció repentinamente en pleno turno laboral.
Según relataron los trabajadores a un diario local, la mujer colapsó sin previo aviso, lo que generó una rápida respuesta de sus colegas para auxiliarla. Mientras solicitaban ayuda médica, que llegó minutos después, tristemente ya era demasiado tarde para la mujer de mediana edad.
Aunque los servicios médicos acudieron y cubrieron el cuerpo de la fallecida, sorprendentemente no lo retiraron del lugar. Ante la incertidumbre de qué hacer, a los empleados se les ordenó continuar trabajando y atendiendo llamadas como si nada hubiera ocurrido.
En medio de la confusión y el asombro, los trabajadores comenzaron a intercambiar mensajes especulando sobre el curso de los acontecimientos, ya que solo se les indicó que siguieran trabajando, aunque algunos esperaban que se les ordenara abandonar las instalaciones.
Pasaron tres horas y los empleados, aún atónitos, continuaban lidiando con las llamadas telefónicas, hasta que finalmente llegaron los servicios forenses para retirar el cuerpo. Diez minutos antes de su salida, se les informó a los empleados que debían abandonar el lugar.
Más testigos compartieron su estado de shock, pues el call center alberga a numerosos trabajadores, y la noticia de la muerte de su compañera se propagó rápidamente por todo el lugar.
Calificando la situación como una escena de terror, algunos empleados se vieron obligados a trabajar durante más de tres horas con el cuerpo de su fallecida colega presente, cubierto por una sábana.
Los trabajadores aseguraron haber buscado orientación de sus supervisores y jefes sobre cómo actuar en medio de la tragedia, pero solo recibieron la orden de continuar en sus puestos de trabajo, respondiendo llamadas, ya que, según se les indicó, era esencial para el funcionamiento del centro en ese momento.
Esta perturbadora historia plantea serias preguntas sobre la humanidad y el trato a los empleados en situaciones excepcionales, recordándonos que, incluso en el trabajo, no debemos perder de vista nuestra propia humanidad y empatía hacia los demás.
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