Este miércoles el guión de la novela llamada Estadio León podría tener su punto final; se escribiría uno de sus últimos capítulos, si no es que el último.
Hoy los magistrados del Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Decimosexto Circuito, con sede en Guanajuato capital, resolverán si el inmueble es propiedad del Gobierno municipal o, como se sostuvo legalmente en las dos instancias previas, es de Roberto Adrián Zermeño Reyes y el empresario celayense Héctor Humberto González González.
Esta posibilidad está contemplada en el último contrato de arrendamiento que firmó el Municipio con “Fuerza Deportiva Club León”, representada legalmente por Jesús Martínez Patiño, papá de Jesús Martínez Murguía, el 16 de agosto del 2012.
En dicho documento, del cual En Línea tiene una copia, se establece que en caso de que el litigio del Estadio León favorezca a los particulares que encabezan la asociación “Club Social y Deportivo León”, los Martínez tendrían que dejar el inmueble en el plazo fijado en la sentencia definitiva de los magistrados.
En caso de que no sea así, en el contrato se establece una pena convencional de 10 millones de pesos.
No obstante, también se estipula que el arrendatario del Estadio, es decir, Fuerza Deportiva Club León tendrá el derecho de reclamar a Zermeño y Héctor González la indemnización correspondiente por las mejoras que han realizado al inmueble, sin ninguna responsabilidad para el Municipio, quien, según dice el contrato, “no será parte ni podrá ser citado a juicio, a menos que él mismo lo considere conveniente”.
Lo anterior en el contexto de que el en el mismo contrato se establece que el Municipio arrenda el Estadio al Club León por la cantidad de 108 mil pesos mensuales. Sin embargo, de este monto, la administración municipal le devuelve a los Martínez 95 mil pesos para que sean invertidos en mejoras del inmueble.
Para verificar tales inversiones, el Club León debe rendir informes semestrales a la Tesorería en el que detalle las mejoras hechas y los montos erogados en ellas.
Contexto
Fue en abril del 2011 cuando Roberto Zermeño y Héctor González, interpusieron la demanda mercantil 9/2011 en busca de nulificar el convenio de extinción del Fideicomiso, así como la nulidad y cancelación de la escritura de propiedad del Estadio León, y por ende, la devolución y entrega del inmueble.
En noviembre del 2000, cuando Roberto Zermeño Vargas -papá de Zermeño Reyes- era el propietario del equipo, se acordó junto con el Ayuntamiento que encabezaba Jorge Carlos Obregón, crear un fideicomiso para administrar el Estadio, convenio que tendría una duración de 10 años.
Sin embargo, en noviembre el 2007, en el trienio de Vicente Guerrero Reynoso, se considera que el objeto del Fideicomiso estaba agotado y se decide extinguirlo. La decisión fue aprobada por 10 votos a favor y cuatro en contra, de acuerdo al acta de la citada sesión de ayuntamiento.
Quienes votaron en contra fueron los regidores José Gilberto Moreno Fuentes, Fernando Ávila González, María Teresa Palomino Ramos y la síndico Leticia Villegas Nava, quienes coincidieron en que el tema merecía más tiempo para poder analizarse a detalle, debido a la importancia del mismo.
Mientras se tomaba dicha decisión, Roberto Zermeño estaba en la cárcel: el 26 de julio del 2005 fue detenido por la extinta Agencia de Investigación Criminal, acusado de evasión fiscal por 7.4 millones de pesos.
Fue liberado en enero del 2011 y meses después, interpuso la demanda, con la cual comenzó la novela que está por concluir.
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