Las circunstancias de la muerte de Eduardo Mares Arenas, de 43 años, a manos de un policía municipal no están claras y el Ministerio Publico investiga para esclarecer si se da un caso de legítima defensa por parte del policía que lo mató o si se desprende alguna responsabilidad penal.
Así lo manifestó este miércoles el subprocurador de justicia en la Región A, Joel Romo Lozano, al referirse a la muerte de Eduardo, un adicto a drogas y paciente psiquiátrico que murió (según la poca información hecha pública por las autoridades investigadoras) por un impacto de bala en el pecho.
El funcionario señaló que la versión de patrullero preventiva, Adrián, y la sí señala que él se defendió de una agresión de Eduardo, pero las indagaciones no han dejado del todo claró cómo ocurrieron los hechos y si el policía realmente se defendió o incurrió en delito.
El subprocurador se ha reservado toda clase de detalles sobre las indagaciones.
No habló sobre si encontraron algún arma o algún dato de que Eduardo hubiese estado armado o agrediendo al policía.
Los familiares de la víctima aseguran que en su casa no tenían ningún tipo de arma ni objetos metálicos o potencialmente peligrosos porque Eduardo, paciente psiquiátrico, había incluso tenido ideas suicidas y buscaban protegerlo.
El subprocurador Romo Lozano, por su parte, señaló que no revelaría detalles del caso hasta que culmine la investigación y puedan postular una hipótesis sobre lo sucedido y las consecuencias legales que se deriven de su criterio.
Si la Procuraduría sostiene que el policía efectivamente fue agredido y mató en cumplimiento del deber, tendrá una causa de exclusiòn del delito y el policía será liberado sin más.
Tanto la policía municipal, como la Procuraduría han mantenido en silencio los detalles del incidente y su desenlace y esta último ha ha revelado siquiera qué arma fue empleada en el homicidio; trayectoria de los disparos, distancia a que fueron hechos, y la posición de la víctima y el victimario.