Las campañas presidenciales de Argentina quedaron ensombrecidas por la violencia que marcó la elección para gobernador de la provincia de Tucumán, en donde hubo robo y quema de urnas, disparos y agresiones a periodistas.
La víspera, como parte del intenso calendario electoral de este año en el país sudamericano, se realizaron comicios en la norteña provincia de Tucumán en los que resultó ganador el candidato oficialista del Frente para la Victoria, Juan Manzur.
Cada elección local es importante porque impulsa o afecta las campañas de los candidatos presidenciales que el próximo 25 de octubre competirán para suceder a Cristina Fernández de Kirchner.
Por eso fue que los tres candidatos con mayor intención de voto, el oficialista Daniel Scioli y los opositores Mauricio Macri y Sergio Massa, se enfrascaron este lunes en un debate sobre la transparencia de los resultados en Tucumán.
Desde temprana hora del domingo se denunciaron múltiples irregularidades a través de las redes sociales, además de hechos graves como disparos realizados a vehículos y casas de diferentes dirigentes políticos.
El secretario Electoral de Tucumán, Darío Almaraz, reconoció que hubo 42 urnas quemadas, pero también se denunciaron intimidaciones a los fiscales opositores durante el conteo de votos.
En medio del escándalo, el escrutinio avanzó y dio por ganador a Manzur con el 54.4 por ciento de los votos, mientras que el candidato opositor José Cano obtuvo el 40.7 por ciento.
Macri y Scioli, cuyos partidos forman parte de la alianza que postuló a Cano, denunciaron fraude y exigieron que se abran las urnas para volver a contar los votos porque en caso contrario no reconocerán el triunfo de Manzur.
“No va a haber más remedio que abrir las urnas y ver qué es lo que pasó, es una situación realmente inaceptable, no la podemos naturalizar ni creer que esto es parte de nuestra democracia, es inaceptable, la sensación es que este no es un sistema electoral democráticamente sólido como presumimos tener”, advirtió Macri.
Massa, por su parte, agregó que “es lamentable que se terminen definiendo en nuestra democracia los gobiernos a los golpes, a los tiros, a la quema de urnas, es patético y demuestra que la política y el poder están caminando en función de su propio interés y no en función de la gente”.
En respuesta a las críticas, Scioli advirtió que Macri no puede poner en duda los resultados cada vez que pierde y aseguró que las denuncias de los opositores forman parte de una campaña para no reconocer “una victoria muy clara” del oficialismo.