El Instituto Municipal de Planeación tiene archivado desde 2009 un estudio sobre transporte escolar en León que buscaba “fortalecer la movilidad y accesibilidad no motorizada a los centros educativos” como una prioridad pues se trataba de una medida de bajo costo y alto impacto social.
De acuerdo a una ficha técnica de este estudio que ya no tuvo continuidad en los años posteriores, el objetivo del proyecto era “establecer la factibilidad técnica para la implementación de un nuevo sistema de transporte escolar, el cual ayudaría a resolver problemas de operación del tránsito vehicular, contaminación, además del uso ineficiente de un gran número de automóviles privados”.
La realización de este estudio fue dirigido y supervisado por el Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), el Centro de Transporte Sustentable (CTS México) y la Corporación Andina de Fomento (CAF).
Entre otras recomendaciones del estudio, se señala la necesidad de desarrollar perspectivas más amplias de movilidad escolar al implementar nuevas rutas escolares en autobús y dar importancia a las alternativas de automóvil compartido para ir a la escuela (las denominadas “rondas”)
El estudio, realizado durante la administración encabezada por Vicente Guerrero (qepd) incluso se planteaba como estrategia el establecimiento del programa de Movilidad Sustentable.
“Con este Programa se busca establecer las bases para fomentar la intermodalidad y convivencia segura de los distintos modos de transporte, establecer políticas de movilidad que disminuyan la emisión de gases efecto invernadero, además de diseñar un programa que genere conciencia y hábitos de tolerancia, autocuidado, respeto y responsabilidad encaminada a las autoridades, peatones, ciclistas, usuarios del transporte, transportistas y conductores en general”, decía el documento.
En aquel tiempo, de acuerdo con datos presentados en el estudio, alrededor del 45% de los viajes diarios que se generaban en la ciudad se realizaban en automóviles particulares, de los cuales una fracción importante correspondían a recorridos que tenían como origen o destino los planteles educativos desde kínder hasta preparatoria.
El estudio también buscaba como finalidad garantizar la seguridad ya que pretendía “proporcionar un transporte que proteja a los niños y niñas escolares de problemas de seguridad (secuestros, robos, violaciones) desde la óptica de entornos seguros”.
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