La figura paterna mejora el desarrollo físico y psíquico de niños y niñas porque genera una especie de “coraza de fortalecimiento” que permanece durante toda la vida, aseguró la investigadora del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Amparo Tapia Curiel.
La experta adscrita a la Unidad de Investigación Epidemiológica y en Servicios de Salud del Adolescente (UIESSA) señaló que si bien el vínculo entre madre e hijo es muy estrecho e importante, sobre todo durante la gestación y la lactancia, la figura del padre es esencial para que el infante se desarrolle adecuadamente.
También mencionó que tras investigaciones de campo y estudios internacionales se ha comprobado que hay mejor seguimiento prenatal y mayor índice de lactancia en mujeres que cuentan con el apoyo de su pareja.
Asimismo, reiteró que los beneficios físicos y psíquicos para el menor son muy grandes, “es por eso que insistimos en la sensibilización de los padres adolescentes”.
Lo anterior respecto a las asesorías que brinda el IMSS Jalisco en las diferentes Unidades de Medicina Familiar, donde se da el primer acercamiento con jóvenes que inician su vida sexual.
La especialista resaltó que ya se incorporaron al temario aspectos como el empoderamiento femenino y masculino, así como la paternidad en conjunto, para que poco a poco se rompan limitaciones sociales y culturales.
“El apoyo del padre a su familia se dificulta a veces porque él debe cumplir horarios de trabajo o escuela, pero también por la creencia extendida de que el cuidado del bebé forma parte del rol de la mujer. Nuestro objetivo es que el adolescente comprenda la importancia de su papel y se involucre incluso durante el embarazo”, afirmó.
Manifestó que la pareja puede establecer estrategias de convivencia y contacto que beneficien el vínculo, por ejemplo que el varón ayude en la aplicación de tratamientos dermatológicos para prevenir las estrías y en la preparación del cuerpo de la mujer para iniciar la fase de lactancia.
Tapia Curiel aseveró que este contacto es percibido por el bebé y fortalece su desarrollo intrauterino.
Del mismo modo se ha comprobado que la presencia del padre durante el trabajo de parto incide de manera beneficiosa para la madre y el niño, porque este último tiene mejor respiración, y para la mujer el proceso es menos doloroso.
Destacó que en Europa ya se cuenta con permisos especiales para que los varones acompañen de forma permanente a sus parejas en este sentido.
Recalcó que a medida que se interiorice la idea de que el ejercicio de la sexualidad es diferente a la decisión de ser padre, disminuirán los problemas derivados de la paternidad adolescente y mejorará el entorno en el que crecen los bebés.
“Encontrar los mecanismos para lograrlo es la finalidad de trabajos de investigación como el nuestro”, aseguró.
Cuando no es posible contar con el padre del infante, la experta recomendó la convivencia con otros varones dentro del núcleo familiar cercano, es decir los abuelos y tíos, ya que la figura masculina es definitiva para la formación de la identidad personal, independientemente de si el menor es niño o niña.