La baja de 16 funcionarios de primer nivel, personal administrativo y mandos de la policía de León, derivado de la reestructura en la Secretaría de Seguridad Pública costó en los dos últimos meses más de 4 millones de pesos.
Con el despido de la exdirectora de la Academia Metropolitana de Seguridad, Leilani Tortolero, en los primeros días del mes de junio comenzó la reestructura.
A su baja le siguieron la del exsecretario de Seguridad, Luis Enrique Ramírez Saldaña, unos días después derivado del asesinato de un escolta por el uso irresponsable y discrecional que hacía su compadre y director administrativo, Mario Martínez Razo.
A partir de ese momento comenzó a desarticularse la red de amigos y parientes que laboraban en la Secretaría de Seguridad Pública de León, terminando la mayoría de estos funcionarios renunciando a su cargo, aunque algunos otros confiaron que permanecerían, pero al final fueron despedidos.
Posteriormente a la llegada de Mario Bravo Arrona, se dio de baja a José Carlos Ramos Ramos como director de la Policía, y se detectó a tres mandos, al menos dos de ellos con cargo de delegados no cumplían con su labor de forma adecuada y se decidió darlos de baja en julio, así como al director Operativo, Adrian Rojas, y al encargado del Área Técnica, Sergio Morales Briones.
De tal forma que solo por el despido de los comandantes Guadalupe Aranda, Juan José Arzola, el director operativo Adrian Hernández Rojas y el director Técnico, Sergio Morales, se erogaron 2 millones 483 mil pesos.
Por la antigüedad que tenían en la corporación dichos funcionarios, los coloca con los montos más altos en la lista de finiquitos y liquidaciones de la Secretaría de Seguridad Pública.
Es importante mencionar que por la liquidación de 5 funcionarios de primer nivel, 7 analistas y administrativos y 4 mandos hasta el momento se pagaron 4 millones 37 mil 851.65 pesos.
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