Alonso Escalante en una carta agradeció a la comunidad artística y cultural el apoyo que se otorgó al Teatro del Bicentenario, y confió que las producciones artísticas, como la ópera, continúen, pues la puesta en escena número 14 fue cancelada.
Detalla que en lo que resta del año se presentará en el Teatro del Bicentenario la programación que diseño, donde se incluye teatro experimental y el tradicional Cascanueces, además del ballet folklórico y nuevas propuestas con el uso de la tecnología.
Indicó que por falta de condiciones se canceló la producción operística número 14 del Teatro del Bicentenario, la ópera Don Giovanni que sería presentada en noviembre.
Señaló que el programa artístico tuvo durante los últimos cinco años un componente financiero de 55% y 60% producido y gestionado por el teatro, y la cantidad restante aportada por el Gobierno del Estado de Guanajuato, condiciones que ningún teatro estrictamente cultural tiene.
“Estos beneficios no solo se materializaron en lo más visible que es el programa artístico, sino también en los programas formativos y sociales que fueron parte integral de las actividades del Bicentenario, desde el anteproyecto que diseñé aún antes de iniciar mi contrato con el Forum.”
Añade que entregó un teatro en óptimas condiciones de funcionamiento, por lo que se pueden albergar en el recinto los más complejos espectáculos escénicos, ya que los protocolos de mantenimiento y vigencia del equipamiento fueron cuidados meticulosamente.
Afirmó que gestionó personalmente recursos federales para dotar de bodegas escenográficas al Teatro, y tener condiciones de almacenar, resguardar y mantener en buen estado el patrimonio artístico.
“Lamentablemente, estos recursos financieros fueron operados erráticamente por el Forum, lo que ha ocasionado un retraso de más de ocho meses en la entrega de las instalaciones. La desviación en los objetivos y características del proyecto autorizado por la SHCP, no solo afecta al conjunto cultural por su evidente descuido estético, sino que con la reciente temporada de lluvias ha revelado un sinnúmero de problemas que ahora representan un peligro para los bienes que eventualmente se depositen”
Puntualiza que para el público como para el talento local se desarrollaron programas formativos, línea de la que forma parte el Coro del Teatro del Bicentenario. En ese mismo rubro se encuentra el Taller de Perfeccionamiento Teatral en asociación con Teatro El Milagro para desarrollar actores profesionales y semiprofesionales.
La ópera del Teatro del Bicentanario, calificó, se convirtió en la principal embajadora de lo que ocurrió en León y en Guanajuato en materia cultural, con treces producciones propias, las cuales también se exportaron a teatros de otras entidades, en dos ocasiones al Palacio de Bellas Artes.
“Creo sinceramente que esta experiencia nos ha nutrido a todos quienes hemos participado de ella. El proyecto de ciudad que León construya para sí en lo cultural, dependerá, como debe ser, de nuestra propia sociedad. Hago votos porque no solo continúe, sino que crezca vigorosamente y siga siendo una ciudad que encabeza proyectos, que propone y que marca tendencias, como lo ha hecho en estos últimos años.”
Carta íntegra de Alonso Escalante
“La gratitud es la memoria del corazón”
Lao–Tsé
Y desde ese lugar donde residen nuestras más nobles emociones, el mismo al que aludía el filósofo, es desde donde deseo expresar mi más profundo agradecimiento a todos ustedes. Por su solidaridad y por ser compañía invaluable en momentos críticos; por sus reflexiones inteligentes, combativas y, frecuentemente, con una muy agradecible carga de buen humor; por haber visto que más allá de la tortuosa e inverosímil narrativa que dio cuenta de mi destitución, hay un proyecto de sociedad por el que vale la pena luchar ¡GRACIAS, DE TODO CORAZÓN!
GRACIAS a ustedes, el público que hizo suyo al Bicentenario y cuya participación activa fue fundamental en la construcción del que –sin temor a equivocarme- fue el proyecto cultural más interesante de los últimos años en nuestro país. Poco a poco, pero, con ánimo decidido, su acercamiento al teatro se convirtió en complicidad y diálogo estrecho, dinámico y nunca complaciente. En muchas entrevistas compartí lo que tantos artistas invitados expresaban respecto de la calidad y la calidez de todos ustedes. John Malkovich, Fabio Biondi, Elīna Garanča, Ramón Vargas, George Petean, Diana Damrau, Elisa Carrillo, Christophe Rousset, Ann Hallenerg, Arthur Fagen, la Compagnia Finzi Pasca, la Britten Sinfonia, el Ballet Nacional de Holanda son solo algunos ejemplos de quienes les elogiaron y cuyos testimonios están consignados, para la posteridad, en los “libros de oro” del Bicentenario.
GRACIAS a la comunidad cultural: artistas creativos e intérpretes, técnicos, agentes, representantes, promotores y a todos quienes nos aportaron su talento y sus conocimientos, desde uno de los ángulos más especializados, el que dota de significado y prestigio a un teatro. Sin contenidos artísticos, los recintos culturales se reducen a menos que edificios comunes: monumentos a la simulación y a la indolencia. que, lamentablemente, abundan en nuestro país.
GRACIAS a las numerosas instituciones académicas y culturales, locales, nacionales e internacionales, públicas y privadas con las que compartimos ideas, objetivos y sueños que se convirtieron en proyectos y, a la postre, en sucesos que construimos juntos. Su alianza permitió ampliar nuestras posibilidades y éstas se expandieron hacia muchos beneficiarios, merced a la confianza que depositaron en nosotros.
GRACIAS a los medios de comunicación, que fueron interlocutores agudos, abiertos, sensibles y generosos en sus espacios. El apoyo brindado por ustedes hizo posible un diálogo abierto con la sociedad, a la que nos debemos. Los medios de comunicación son fundamentales en todos los ámbitos, pero, cuando de cultura se trata son imprescindibles, por ser consubstanciales a ella.
GRACIAS a mis compañeros de trabajo. Su sentido del deber, rigor, calidad humana y espíritu creativo hicieron que cada vez que se levantaba el telón del Bicentenario fuera una aventura gozosa, un desafío y eslabón único e irrepetible de un largo discurso –un festival con duración de casi un año– que procurábamos compartir con todos aquellos que se acercaban al teatro. Anduvimos juntos por este camino y no siempre en rutas llanas. Por haber vivido la mayor parte de estos años entre ustedes, este capítulo de mi vida fue más feliz.
GRACIAS a todos y cada uno de quienes nos apoyaron de muy diversas maneras. Su confianza en nosotros y en el proyecto del Bicentenario estuvo siempre acompañada de una enorme sensibilidad social, sabiendo que con su contribución estábamos trabajando de la mano, por un beneficio colectivo hacia el interior de nuestra ciudad e incidiendo en la proyección de una mejor imagen, renovada y positiva, de ésta hacia el exterior.
GRACIAS a quienes me dieron la posibilidad de ser parte del Teatro del Bicentenario. Al igual que puse en juego todas mis capacidades y recursos para la construcción de un nuevo y original proyecto cultural para la ciudad, también aprendí muchas cosas durante este tiempo, inclusive hasta el último momento. Por este aprendizaje constante, hoy tengo más conocimientos y más experiencia acumulada.
Me parece importante aprovechar esta ocasión para compartir con ustedes lo que en la entrega de mi puesto no fue me factible dejar patente, por la naturaleza y limitaciones de formato que estos actos tienen. Al ser ustedes los más cercanos a este proyecto y, en última instancia, los más interesados, considero pertinente compartirles este informe sucinto, para su mayor conocimiento de los alcances del trabajo realizado durante mi gestión.
En lo que resta de este año, todavía se presentará la programación diseñada por mí con toda antelación y que propuse al Comité Técnico del Teatro del Bicentenario, al inicio del año. Ésta incluye desde teatro experimental El lugar misterioso (Mademoiselle Cinéma, Japón) , hasta el tradicional Cascanueces (Ballet de Monterrey); desde los clásicos de nuestras fiestas patrias con el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, hasta propuestas actuales de danza-teatro con nuevas tecnologías digitales Pixel (Gätig, Francia); la reposición de la primera producción propia del Bicentenario, La viuda alegre, de F. Léhar con el Solistas Ensamble de Bellas Artes; la célebre agrupación vocal Voces8 (Reino Unido) y teatro para niños (Uma de papel); música tradicional romaní con la agrupación Romango (Hungría) y una de las más importantes orquestas de cámara del mundo, la English Chamber Orchestra (Reino Unido). A todo esto se sumará, como es costumbre, la presentación de las orquestas infantiles de la localidad y un interesante programa de la segunda temporada 2017 de la OSUG. Una mención especial merecen las funciones de la obra teatral El inspector, de Nikolái Gógol, que el Taller de Formación Teatral del Bicentenario, fundado este año, presentará en el mes de septiembre.
Por falta de condiciones que garantizaran llevar a buen puerto la que habría sido la 14ª producción operística propia del Bicentenario, fue cancelada la ópera Don Giovanni, de Mozart, que sería presentada en el mes de noviembre. De igual forma, el tradicional concierto de aniversario cuyo programa no habrá sido configurado por mí, de llevarse a cabo como en años anteriores, con la celebración extramuros y las actividades paralelas.
El programa artístico de este año 2017, al igual que en los últimos cinco años, tiene un componente financiero de entre el 55 y 60% producido y gestionado por el propio teatro; la cantidad restante es aportada por el Gobierno del Estado de Guanajuato. Esta condición constituye un caso de absoluta excepción en el panorama nacional. Ningún teatro con un perfil estrictamente cultural, es decir, no comercial, se aproxima ni lejanamente a esta realidad financiera. Gracias a un modelo de administración basado en productividad y eficiencia que entraña un uso óptimo de los recursos humanos, materiales y financieros, pudimos cumplir nuestro propósito de expandir año con año nuestro programa de actividades, no solo en número sino también en su nivel de complejidad técnica. Estos beneficios no solo se materializaron en lo más visible que es el programa artístico, sino también en los programas formativos y sociales que fueron parte integral de las actividades del Bicentenario, desde el anteproyecto que diseñé aún antes de iniciar mi contrato con el Forum.
El equipo humano del Teatro del Bicentenario es un capital invaluable, no solo para el teatro, sino para la ciudad y el estado de Guanajuato. Un cuadro con una altísima calidad profesional, especializado y comprometido con su quehacer y con el desarrollo de sus propias áreas de responsabilidad. Un equipo formado en este recinto cuya solidez es imposible de encontrarse en otro espacio cultural del país. Espero que vengan para ellos tiempos mejores de los que han vivido en las últimas semanas y sigan siendo reconocidos por sus grandes virtudes, como lo han sido hasta ahora y cuyo testimonio ha quedado signado en las evaluaciones que, del personal del teatro, han hecho artistas y visitantes consistentemente en cada proyecto.
Tengo el orgullo de entregar un teatro en óptimas condiciones de funcionamiento. Mejor que el que recibí, como corresponde a mi responsabilidad. Su estado actual permite albergar, con excelentes condiciones técnicas y de seguridad, los más complejos espectáculos escénicos. Los protocolos de mantenimiento y la vigencia en el equipamiento escenotécnico del recinto han sido cuidados meticulosamente, tanto como cualesquiera de los proyectos que han integrado el quehacer del Bicentenario, tal y como fue previsto en el Anteproyecto que ya he mencionado antes.
Gestioné personalmente la obtención de recursos federales para dotar de bodegas escenográficas al Teatro y así estar en condiciones de almacenar, resguardar y mantener en buen estado este importante patrimonio artístico. Lamentablemente, estos recursos financieros fueron operados erráticamente por el Forum, lo que ha ocasionado un retraso de más de ocho meses en la entrega de las instalaciones. La desviación en los objetivos y características del proyecto autorizado por la SHCP, no solo afecta al conjunto cultural por su evidente descuido estético, sino que con la reciente temporada de lluvias ha revelado un sinnúmero de problemas que ahora representan un peligro para los bienes que eventualmente se depositen en él. Resulta indispensable que se tomen las medidas adecuadas, para que ese edificio pueda ser lo que el Bicentenario necesita y brindarle así las seguridades que estaban previstas desde su concepción.
Tanto para el público como para el talento local, desarrollamos un programa formativo que estuvo nutrido con charlas, conferencias, clases magistrales, talleres y ensayos abiertos. La inclusión de escuelas de ballet y compañías en producciones profesionales de ballet, así como espacios y tiempo abiertos para las orquestas infantiles de la ciudad, han sido parte de este programa. Un parte central de esta línea formativa la ocupa el Coro del Teatro del Bicentenario, agrupación comunitaria integrada por miembros de nuestra sociedad que, con base en un trabajo cotidiano, se ha formado en solfeo, técnica vocal y repertorio, además de trabajar en cada proyecto con importantes directores escénicos de los que ha recibido instrucción corporal, gestual y actoral, Asimismo, el trabajo con directores musicales de alto nivel, nacionales y extranjeros, les ha llevado a un profundo conocimiento estilístico y de diferentes estilos de dirección. Todo esto en medio de producciones profesionales, de una muy cuidada calidad artística, constituye una formación integral a la que difícilmente se puede equiparar proyecto alguno en el país, aún en talleres académicos de las más importantes escuelas. Además de su desempeño como parte de las actividades artísticas, el Coro ha realizado un abundante trabajo social en diferentes lugares y ante sectores vulnerables de nuestra sociedad. Este legado de mi gestión en el Bicentenario es también uno de sus capitales más valiosos, al que deseo siga creciendo en calidad y acumule aún más reconocimientos que los que grandes directores que han trabajado con ellos ya le han expresado, en su corta vida de poco más de cuatro años.
En este mismo rubro y en razón de los numerosos miembros que integran la comunidad teatral de la región, el Taller de Perfeccionamiento Teatral, proyecto de reciente creación que este año se realizó en asociación con Teatro El Milagro, es un espacio diseñado para desarrollo de actores profesionales y semiprofesionales, que tendrá como corolario la presentación de una temporada de funciones en el Teatro-Estudio del Bicentenario, así como en el Teatro El Milagro, de la Ciudad de México, con una producción propia, a cargo de los maestros David Olguín y Gabriel Pascal. Espero que este proyecto perdure y se desarrolle hacia diferentes vertientes del trabajo teatral, tal y como estaba previsto en su concepción original.
Bailarines, actores, cantantes, músicos, maquillistas, peinadores, vestuaristas, técnicos especializados en las diferentes actividades del quehacer teatral y las orquestas infantiles locales han tomado parte en las diferentes actividades del Bicentenario. Conjuntamente con las actividades del Coro del Teatro del Bicentenario y el Taller de Perfeccionamiento Teatral, procuramos incrementar consistentemente su inclusión en las actividades del recinto, las potencialidades que la ciudad y la región tienen en su talento local son muy importantes, por lo que lo hecho en este periodo de arranque representa solo un indicio de lo que podrá desarrollarse en el corto, mediano y largo plazo.
La animación cultural que logramos crear conjuntamente sociedad, artistas y teatro, nos llevó a reencontrarnos y redescubrirnos como comunidad con ocasión de la Ópera Picnic, las actividades en torno al Día Internacional de la Danza y las verbenas extramuros. Este ejercicio de apropiación del espacio público, de democratización, inclusión, diversidad y de celebración conjunta enmarcada en sucesos artísticos, confirma nuestra convicción de que TODOS construimos nuestra realidad cultural y que es nuestro gozo, derecho y obligación formar parte de ésta.
La ópera del Teatro del Bicentenario se convirtió en la principal embajadora de lo que ocurrió en León y en Guanajuato en materia cultural. En unos cuantos años, nos convertimos en los principales productores operísticos del país, con trece producciones propias, de alta calidad. Además de disfrutarse en el Bicentenario, exportamos estas producciones a teatros de otras entidades, incluyendo en dos ocasiones al más emblemático de México: el Palacio de Bellas Artes. Este es un hecho inédito y, a decir verdad, inimaginable en nuestra ciudad hace apenas unos cuantos años. Estas producciones, también fueron disfrutadas por cientos de miles de personas en el Estado de Guanajuato, en todo el país y en el sur de Estados Unidos, a través de las grabaciones profesionales de la más alta calidad en imagen y audio, transmitidas por el Canal 22 y por la Red Nacional de Radio y Televisión, poniendo a Guanajuato y a León en un principalísimo lugar como enclave cultural en el país y aún fuera de él.
Creo sinceramente que esta experiencia nos ha nutrido a todos quienes hemos participado de ella. El proyecto de ciudad que León construya para sí en lo cultural, dependerá, como debe ser, de nuestra propia sociedad. Hago votos porque no solo continúe, sino que crezca vigorosamente y siga siendo una ciudad que encabeza proyectos, que propone y que marca tendencias, como lo ha hecho en estos últimos años.
Desde cualquier lugar en el que continúe mi vida personal y profesional celebraré esta etapa de mi vida en la que tuve la fortuna de conocer grandes personas y, más aún, de hacer grandes amigos. Deseo, sinceramente, el mejor de los éxitos a mi sucesor en la Dirección de tan importante espacio cultural. A León y al Teatro del Bicentenario, les deseo que la magia se haga presente, y que la hagan suya, cada vez que se levante el telón.
¡GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, DE TODO CORAZÓN!
Alonso Escalante Mendiola
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